miércoles, 30 de mayo de 2018

NAHIAREN IPUINA.


EL SECRETO DE LA ISLA



Se pusieron a buscar por internet información de esas cinco islas para localizar la isla que fuese accesible al bajar la marea.
De todas ellas, la única que cumplía los requisitos era GARRAITZ.
-La mejor elección es GARRAITZ. Cuando baja la marea se puede entrar en la isla- dijo Maitane.
Buscaron en la tabla de mareas, viendo cuándo coincidía marea baja y buen tiempo, para poder hacer una excursión a la isla. El día perfecto era el 10 de julio, martes.
Planificaron cómo sería ese día, qué ropa llevarían, de qué harían  sus bocatas….Iba a ser un largo día… Igual tendrían que recorrer la isla de cabo a rabo por lo que tenían que ir bien preparados...
Tenemos que hacer una lista de los materiales que podemos necesitar- dijo Maitane.
-Una pala, una linterna... - dijo Iker.
-¿Una linterna?- preguntó Maitane.
-Si Maitane, igual hay zonas que o por los árboles o porque haya alguna cueva no tenemos buena visibilidad.
- ¡Vale!, tienes toda la razón. Entonces también habrá que llevar una brújula y, por supuesto, una cuerda- dijo Maitane.
Toda esta planificación les estaba emocionando de tal manera que tenían ganas de que llegase ya el día 10. ¡Ojala fuese ya mañana!, pensaron.
Se pasaron toda la tarde organizando su emocionante viaje a la “ISLA DEL TESORO”.
Ya lo tenían todo planificado, ahora tenían que pensar cómo decirlo a sus padres para que les dejasen ir sin problema allí.
Maitane tiene unos tíos y una prima en Lekeitio, así que les pareció la excusa perfecta para poder decirles a sus padres que iban a pasar el día allí con ellos. Así su prima, podría conocer por fin a Iker y pasar la tarde los tres juntos. Ane, su prima era más o menos de su misma edad y era también una apasionada de las aventuras. Solo tenían que contarle su plan y Maitane sabía que se apuntaría sin pensárselo.
Sin más dilación le mandaron un mensaje a Ane. Y los dos como tontos se quedaron esperando su respuesta, mirando como embobados e hipnotizados el teléfono. Al cabo de unos segundos, que a ellos les pareció una eternidad, tenían la respuesta de su prima Ane, por supuesto que se apuntaba sin dudarlo a esa tremenda aventura.
¡Ya iba todo “viento en popa”!
El cosquilleo que sentían en su interior era algo indescriptible, siempre habían hablado e imaginado, en sus lecturas, aventuras como estas, pero ésta iba a ser la primera vez que decidían llevarla a cabo.
La semana se les hizo interminable, más que cualquier semana de época de exámenes.
La noche antes, ninguno de los tres pudo dormir. Ya estaban tan solo a unas horas del día más emocionante de sus vidas y sabían que descansar les vendría bien a todos.
El día amaneció precioso, el sol calentaba ya desde primera hora de la mañana.
Maitane había quedado a las diez de la mañana en la casa de Iker, pero a las nueve y media ya estaba llamando al timbre. Antes de ir a coger el autobús que les llevaría a Lekeitio, repasaron que toda la lista que habían hecho, estuviera bien preparada y no se olvidasen de nada.
A las diez y media estaban ya en casa de Ane. Según la tabla de mareas que habían vuelto a mirar antes de salir de casa, la bajamar era a las once de la mañana, pero no podían esperar más. Así que se encaminaron a la ISLA DE GARRAITZ.
Al llegar allí, se quedaron paralizados, se miraron uno a otro como sin saber muy bien qué hacer.
-Creo que lo que no hemos planificado es por dónde empezar- dijo Maitane.
-Tienes razón, pero creo que quizás lo mejor será ….. empezar por el principio- dijo Iker.
-¿Qué es lo que tenemos que buscar - preguntó Ane.
-¡No lo sé! Pero cualquier señal, una piedra, una rama… puede ser una pista, como en los libros- dijo Iker.
Así pues, comenzaron su aventura sin saber muy bien ni lo que tenían que buscar ni lo que podrían llegar a encontrar. Era una aventura en toda regla.
Comenzaron a subir. El camino no parecía nada fácil, tenían que tener cuidado había muchos matorrales y rocas, pero nada sería un obstáculo para ellos... Después de una hora mirando cualquier cosa que pudiera ser una señal, decidieron descansar un rato. El sol calentaba bastante y beber algo les vendría bien a todos.
Buscaron un pino alto y algo resguardado para poder descansar, Ane se sentó en una de las rocas que había bajo el árbol. Fue entonces cuando Iker se fijó en algo. Parecía que la roca que estaba ante sus narices tenía algo pintado. Así que en lugar de descansar, se pusieron a investigar qué es lo que podría ser…
Tenía toda la pinta de haber sido una flecha, a pesar de que ahora  estaba muy borrada. Decidieron seguirla para ver hasta donde les llevaban. La pista parecía desaparecer, por más que buscaban no hallaban a dónde podía llevarle esa supuesta flecha. Casi habían perdido la esperanza de encontrar algo cuando de pronto, Iker tropezó con una piedra, o algo parecido que estaba como clavada en la tierra y tenía una marca, parecía una “X”.
Los tres se miraron y sus ojos brillaron de la emoción que estaban sintiendo, el final estaba llegando, su tesoro podía estar allí enterrado. Descargaron las mochilas y sacaron las palas que habían llevado. Había llegado el momento…
Cavaron los tres a la vez, cada uno por una esquina, para poder llegar lo antes posible a lo que pudiese estar esperando allí abajo. Fue Ane la que cuando dio su última palada, chocó con algo. Ahora tenían que hacer las cosas con más cuidado ya que lo que allí pudiera encontrarse se podía romper. Decidieron usar las manos y poco a poco y con la ayuda de los tres, fueron desenterrando una pequeña caja que aparentemente parecía de madera. ¡Qué emoción! Tenían su primer tesoro. Este momento había que inmortalizarlo, así que antes de abrir la caja, se hicieron los tres una foto. Sus caras lo decían todo. Abrieron la caja … y miraron en su interior. ¡Había una hoja vieja de un color amarillento! La desdoblaron y para su asombro era un MAPA… Esto significaba que la aventura no había acabado aún, más bien solo acababa de comenzar.
Ya en el pueblo, se sentaron a comer los bocadillos que habían llevado y recuperar fuerzas. Había mucho que hacer y resolver si realmente querían llegar a su deseado tesoro. Lo único que tenían claro es que el tesoro no estaba en la ISLA DE GARRAITZ. Pero entonces… ¿Dónde?
Miraron el mapa del derecho, lo miraron del revés, desde arriba, por abajo… pero no había manera de saber qué isla indicaba. Pasaron la tarde dando vueltas al tema, pero no había forma de sacar nada en claro. Crearon un grupo de Whatsapp donde estaban los tres y así poder estar informados.
Al día siguiente Maitane e Iker habían quedado para seguir dándole vueltas al tema del mapa.
-No vienen ni coordenadas ni nada para poder ubicar la isla. Seguro que no tiene que estar muy lejos de aquí. Debe ser otra isla a la que también se puede ir andando cuando baja la marea. Solo hay que pensar cuál puede ser- dijo Maitane.
-Estamos como al principio- dijo Iker.
Sus ánimos en este momento habían cambiado, no se les veía tan emocionados, sino más bien todo lo contrario, se podría decir que se sentían algo derrotados.
Entonces recibieron un Whatsapp de Ane. Sus ojos se abrieron. Tenían que hablar con ella. Llamaron a Maitane y pusieron el altavoz.
-¡Chicos, lo tenemos delante de los ojos..! ¿No lo habéis visto? - dijo Ane.
Iker y Maitane se miraron extrañados y a la vez volvieron a mirar el mapa.
-Solo tenéis que alejar un poco la foto- dijo Ane.
¡Era cierto! La isla parecía una figura. Una figura  de... ¿un ratón? El problema era, ¿Existía alguna ISLA RATÓN, isla con forma de ratón o algo similar? y de existir ¿estaría cerca de aquí?
Ya tenían un nuevo reto. Buscar en Internet y ver qué conseguían. Pronto localizaron algo que podía ser lo que andaban buscando.
La isla era RATÓN DE GETARIA (por su apariencia). Es una antigua isla de Guipúzcoa y está en Getaria. En la actualidad es un monte, el monte San Antón y Parque Natural.
Parecía que todo comenzaba de nuevo a ir bien. Al ser un Parque Natural podían decirles a sus padres que iban a conocerlo. Así pues se pusieron manos a la obra nuevamente. La emoción volvía a recorrer todo el cuerpo. Al no depender de las mareas, solo tenían que elegir el día e ir a la aventura en busca del TESORO.
Ya estaba decidido, el viernes sería el día.
Habían quedado en casa de Maitane a las diez de la mañana. El autobús para Getaria salía a las diez y media. Por fin llego el autobús… ¡RUMBO AL TESORO!
En una hora más o menos, estaban ya en Getaria. Sus corazones latían como locos. Volvían a sentir esa emoción tan intensa y que hacía que no fueran capaces casi ni de hablar.
Llegaron a la cola del ratón y avanzaron hasta el principio del monte. Las instrucciones del mapa eran claras. Veinte pasos hacia delante, siete pasos a la derecha, catorce pasos…,... Habían llegado al TESORO. Ahora tenían que cavar. Como la anterior vez, lo hicieron a la vez los tres juntos, pero en esta ocasión con todavía más cuidado ya que sabían que ahí estaría el TESORO. Así fue, ¡había una caja metálica! No podían con la emoción, ¿qué sería lo que habría allí dentro?
Abrieron la caja y cuál fue su asombro al ver lo que contenía en su interior… Una hoja de periódico del año 1945, una foto en blanco y negro de un grupo de amigos y diversos objetos (una muñeca de trapo, unas canicas,...). También había una carta firmada por J. E. (Juan Elías). En ese momento Maitane e Iker se miraron y sonrieron a carcajadas. ¡No se lo podían creer!
- Tenemos que hablar con Don Elías - dijo Maitane.
- Sí. Creo que tiene muchas cosas que contarnos. ¡El verano no ha hecho nada más que comenzar! - dijo Iker.
Nahia R.

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